El estigma sobre la salud mental
Un estigma sucede cuando alguien te ve de manera negativa por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considera, o de verdad es, una desventaja (un estereotipo negativo). Lamentablemente, las creencias y las actitudes negativas hacia las personas que tienen alguna afección de la salud mental son frecuentes.
El estigma puede dar lugar a la discriminación. La discriminación puede ser evidente y directa, por ejemplo, si alguien hace un comentario negativo sobre la enfermedad mental o sobre el tratamiento. O también puede ser no intencional o sutil, como cuando alguien te evita porque asume que podrías ser inestable, violento o peligroso a causa de tu enfermedad mental. Es posible que hasta te juzgues a ti mismo.
Si bien muchas personas apoyan la necesidad de comprender mejor la salud mental, incluso individuos sumamente inteligentes o de actitudes abiertas, con frecuencia, sostienen opiniones dogmáticas, aunque desinformadas, sobre la enfermedad mental.
Un ejemplo común es la percepción generalizada de que toda depresión es consecuencia de la incapacidad para enfrentar la vida, una debilidad de carácter. Esta idea es deplorablemente inadecuada para la depresión grave acompañada fantasías de muerte, ideación suicida o síntomas psicóticos, situaciones que pueden poner en riesgo la vida. Por el contrario, pocas personas se sentirían cómodas haciendo generalizaciones similares acerca de las causas y el manejo de la enfermedad cardiovascular grave (por ejemplo, infarto de miocardio) basándose en sus observaciones de personas que se quedan sin aliento al hacer ejercicio.
Efectos nocivos del estigma en la salud mental
Resistencia a buscar ayuda o tratamiento
Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas
Menos oportunidades laborales, o para participar en actividades escolares o sociales, o problemas para encontrar una vivienda
Hostigamiento, violencia física o acoso
Un seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental
La creencia de que nunca superarás ciertos desafíos o de que tu situación no mejorará
Una mayor comprensión de la neurociencia básica, junto con herramientas humanas de investigación, como la genética molecular y las imágenes cerebrales multimodales, ofrecen la oportunidad revolucionar el diagnóstico y el manejo de la enfermedad mental en las próximas dos o tres décadas. No obstante, aprovechar esta oportunidad requerirá que todos adoptemos actitudes abiertas y que nos basemos en la evidencia y no en los prejuicios.
Pasos para enfrentar el estigma
Estas son algunas formas de enfrentar el estigma:
Obtén tratamiento. Puedes estar reacio a admitir que necesitas un tratamiento. No permitas que el miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental te impida buscar ayuda. El tratamiento puede brindar alivio al identificar lo que está mal y reducir los síntomas que interfieren con tu trabajo y tu vida personal.
No dejes que el estigma te haga dudar de ti mismo y te cause vergüenza. El estigma no proviene solo de los demás. Es posible que creas erróneamente que tu afección es un signo de debilidad personal o que deberías poder controlarla sin ayuda. Buscar asesoramiento, informarte sobre tu afección y conectarte con otras personas que padecen una enfermedad mental puede ayudarte a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre ti mismo.
No te aísles. Si tienes una enfermedad mental, es posible que no quieras decírselo a nadie. Tu familia, amigos, miembros del clero o de tu comunidad pueden ofrecerte apoyo si saben sobre tu enfermedad mental. Comunícate con personas en las que confíes para obtener la compasión, el apoyo y la comprensión que necesitas.
No te identifiques con tu enfermedad. No eres una enfermedad. En lugar de decir "soy bipolar", di "tengo trastorno bipolar". En lugar de llamarte "esquizofrénico", di "tengo esquizofrenia".
Busca ayuda en la escuela. Si tú o tu hijo tienen una enfermedad mental que afecta el aprendizaje, averigua qué planes y programas podrían ayudar. La discriminación contra los estudiantes debido a una enfermedad mental es ilegal, y los educadores en los niveles primario, secundario y universitario deben adaptarse a los estudiantes lo mejor que puedan. Habla con maestros, profesores o administradores sobre el mejor enfoque y los recursos. Si un maestro no sabe sobre la discapacidad de un estudiante, esto puede provocar discriminación, barreras de aprendizaje y malas calificaciones.
Habla sin reparos contra el estigma. Considera expresar tus opiniones en eventos, en cartas al editor o en Internet. Puede ayudar a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educar al público sobre las enfermedades mentales.
Los juicios de los demás casi siempre provienen de una falta de comprensión más que de información basada en hechos. Aprender a aceptar tu afección y reconocer lo que debes hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a otros puede marcar una gran diferencia.
Fuente: Mayo Clinic