Ansiedad

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ansiedad
Una de cada nueve personas
en todo el mundo ha tenido un trastorno de ansiedad
— Lancet 2016; 388: 3048–59
La ansiedad se convierte en patológica cuando es desproporcionada para la situación y demasiado prolongada
 

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción que todo el mundo ha experimentado en algún momento y que prepara a nuestro organismo para realizar una tarea importante.

Sentir ansiedad o preocupación de modo ocasional es una parte normal de la vida. Es una reacción normal y saludable en la mayoría de los casos. Por ejemplo, cuando uno afronta una entrevista de trabajo o un examen puede resultar útil porque nos pone en “alerta”.  Durante estas situaciones que nos generan ansiedad se pueden percibir síntomas físicos como que el corazón late más rápido, sentimos la boca seca y nos sudan las manos, que poco a poco a lo largo de la entrevista o del examen irán desapareciendo. Incluso, antes de la entrevista o del examen se pueden notar estas sensaciones y tener algunos pensamientos como que el entrevistador puede ser muy duro o que las preguntas serán muy difíciles.

Sin embargo, la ansiedad puede convertirse en un problema médico (trastorno mental) cuando las personas tienen preocupaciones frecuentes difíciles de ignorar y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias.  Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad (el nombre médico más común que reciben estos problemas) aparecen episodios repentinos de miedo intenso o terror que alcanzan su máxima intensidad en una cuestión de minutos (ataques de pánico).

Los trastornos de ansiedad son un grupo de enfermedades altamente discapacitantes que suelen limitar nuestras actividades diarias, afectando nuestro desempeño académico o laboral, deteriorando nuestras relaciones sociales y en general mermando nuestra calidad de vida. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.

Una misma persona puede tener varios trastornos de ansiedad al mismo tiempo y no es extraño que tenga otros trastornos del ámbito de la salud mental (como la depresión, o problemas con el abuso de algunas sustancias como el alcohol). Estos trastornos se acompañan de síntomas físicos inexplicables o que no se resuelven fácilmente como dolor físico (p. ej. dolor de cabeza o muscular), lesiones en la piel (p. ej. dermatitis), bruxismo (apretar la mandíbula cuando se duerme) y malestares gastrointestinales (p. ej. colitis, gastritis, diarrea). Es frecuente que una persona con ansiedad haya acudido con diversos especialistas médicos antes de llegar con el especialista en salud mental.

En México, según la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2003 los trastornos de ansiedad son los más frecuentes y los más crónicos de todos los trastornos mentales. Afectan más a las mujeres que a los hombres.

Existen varios trastornos de ansiedad, pero todos comparten una característica principal entorno a la que se manifiestan los diferentes síntomas: la preocupación/angustia y el miedo constante y excesivo. Para determinar que tipo específico de trastorno de ansiedad tienes se requiere la evaluación por el especialista de salud mental.


Los trastornos de ansiedad son uno de los principales motivos de consulta en psiquiatría

 

"Del mismo modo que en el caso de la depresión, los trastornos de ansiedad son más comunes en las mujeres que en los hombres".

— Organización Panamericana de Salud.


"El número total estimado de personas con trastornos de ansiedad en el mundo es de 264 millones en el 2015".

— Organización Panamericana de Salud.


Síntomas de ansiedad

Dependiendo de que tipo de trastorno de ansiedad se trate los síntomas pueden cambiar, pero existen manifestaciones clínicas comunes que te deben hacer sospecharlo.

Síntomas físicos

Con frecuencia se pueden relacionar a diversas condiciones médicas y pasan desapercibidas. Es frecuente que la persona que padece ansiedad haya pasado por varios tratamientos y especialistas médicos. Cuanto estos síntomas persisten ya sea porque mejoran muy poco o se intensifican a pesar de un tratamiento médico, son altamente sugestivos de un trastorno de ansiedad.

  • Tensión muscular (el cuerpo se siente rígido o acartonado, principalmente en la espalda y en el cuello).

  • Mareos o sensación de náusea.

  • Sensación de “pesadez” o dolor de cabeza.

  • Sudoración (frecuentemente en las palmas o de todo el cuerpo).

  • Hiper-reactividad a estímulos (“brincar” o “espantarse” fácilmente con ruidos) .

  • Alteraciones de la presión arterial (hipertensión).

  • Palpitaciones en el pecho (golpeteo del corazón).

  • Sensación de falta de aire o de opresión en el pecho.

  • Lesiones en piel (dermatitis, caída del cabello, sarpullidos, enrojecimiento e inflamación).

  • Midriasis (pupila dilatada, vision borrosa).

  • Síncope (desvanecimientos reactivos a situaciones estresantes).

  • Taquicardia (aceleración de la frecuencia cardiaca).

  • Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo).

  • Temblor.

  • Molestias digestivas (diarrea, estreñimiento, flatulencias, dolor o distensión abdominal).

  • Sensación de “hueco o nudo en el estómago”.

  • Aumento de la frecuencia y urgencia por orinar.

  • Bochornos o escalofríos.

 
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Síntomas emocionales

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Los síntomas de ansiedad varían desde los sentimientos de desasosiego hasta episodios de terror paralizante.
 
  • Preocupación persistente y desproporcionada por actividades, situaciones y eventos, incluso con asuntos rutinarios.

  • Ánimo irritable, poco tolerante.

  • Incapacidad para dejar de lado u olvidar una preocupación, distraerte o simplemente “poner tu mente en blanco”.

  • Pesadillas o sueños angustiosos recurrentes.

  • Anticipación catastrófica (adelantar acontecimientos de modo catastrofista e imaginarse siempre el peor resultado o escenario posible).

  • Dificultad para concentrarse y prestar atención.

  • Percibir situaciones y acontecimientos como amenazantes, incluso cuando no lo son.

  • Ataques de pánico (episodios repetidos y repentinos de miedo intenso a morir o terror a que algo catastrófico pueda suceder).

  • Temor a lugares y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado y a menudo intentas evitarlos.

  • Miedos irracionales (evita situaciones que le generan ansiedad como coger el metro, o se ayuda de algunos trucos para rebajar este malestar como ir acompañado de alguien o llevar un amuleto de la buena suerte).

  • Es frecuente también pensar que los demás se van a hacer una idea errónea de lo que queremos decir o hacer, que nos rechacen, o que algún asunto salga mal y fracasemos.

  • Dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre o para tomar decisiones por miedo a cometer errores.


¿Qué causa los trastornos de ansiedad?

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Los hijos de personas con algún trastorno de ansiedad tienen de dos a cuatro veces mayor riesgo de padecerlo, en comparación con los hijos de personas sin el trastorno
— Nature, Primer 2017
 

Los trastornos de ansiedad tienen un origen multifactorial, en donde están involucrados componentes biológicos y psicosociales.

Un 30 a 40% de la enfermedad se explica por factores genéticos. No existen un solo gen que por sí solo pueda explicar el desarrollo de un trastorno de ansiedad. Se trata entonces de una patología poligénica, es decir, múltiples genes son los que interactúan entre sí y con el medio ambiente.

Existen varias regiones cerebrales implicadas en la regulación de la ansiedad y la respuesta ante una amenaza. Los trastornos de ansiedad tienen parte de su origen en un desequilibrio químico dentro de nuestro cerebro, por lo que son un problema que requiere atención médica.

Existen además factores de riesgo sociales y medioambientales que actúan como detonantes, amplificadores o perpetuadores de los síntomas de ansiedad.

Las experiencias traumáticas (sismos, accidentes) y estresantes de la vida (problemas en el trabajo, la escuela, con la familia o con la pareja) son ejemplos de situaciones sociales y relacionadas con el entorno que forman parte del origen de los trastornos de ansiedad.

Drogas o alcohol. El consumo o el uso indebido o la abstinencia de drogas o alcohol pueden provocar o empeorar la ansiedad.


Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de ansiedad

El diagnóstico de un trastorno de ansiedad se realiza mediante una entrevista clínica. No es necesario realizar estudios de laboratorio o gabinete costosos e invasivos.

Existen tratamientos confiables, seguros y muy efectivos para la ansiedad.

Los medicamentos y la psicoterapia son eficaces para la mayoría de las personas con depresión y constituyen el pilar del tratamiento.

Un psiquiatra es un doctor en medicina especializado en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades mentales. Entre los profesionales de la salud mental, el psiquiatra es el único que está autorizado a recetar medicamentos.

No todo es medicamento o psicoterapia. La evidencia científica apoya la utilidad de los hábitos de vida saludable (nutrición, actividad física regular y medidas de autocuidado) para el tratamiento de la ansiedad. También existe evidencia cada vez más contundente a favor de técnicas de relajación y meditación. Actividades como el yoga, tai chi o reiki son efectivas para el control de los síntomas de ansiedad.

En caso de ser necesario, tu psiquiatra te puede prescribir medicamentos seguros para aliviar los síntomas cuando estos son muy intensos mientras te guía para adquirir las habilidades y hábitos necesarios para contender con la ansiedad.

 
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Si no se tratan, los trastornos de ansiedad tienden a reaparecer de forma crónica. La psicoterapia y los tratamientos farmacológicos, en particular con antidepresivos, son eficaces y su combinación suele ser más eficaz que el tratamiento por separado.
— Lancet 2016; 388: 3048–59

Mitos y realidades sobre la ansiedad

 

Los individuos con ansiedad son débiles, miedosos o de pobre carácter

REALIDAD: Los trastornos ansiosos son un grupo de enfermedades médicas frecuentes. Parte de su origen deriva de alteraciones químicas en el cerebro. Pensar que alguien que sufre de ansiedad por ser débil es igual de ilógico que pensar que alguien con una neumonía contrajo la infección por ser miedoso o débil de carácter.

La ansiedad desaparece sola, basta con pensar positivo o distraerte

REALIDAD: Esta es una idea errónea. Los trastornos de ansiedad tienden a ser crónicos y recurrentes. La gente que los padece suele acostumbrarse a vivir con altos niveles de ansiedad, hasta el punto en que se hacen tan intensos que pueden llegar a ser insoportables. Acudir con un especialista en salud mental como el psiquiatra nos ayudará a saber qué tipo de tratamiento es el mejor para nuestro caso. Dependiendo de la gravedad y las características de cada persona puede ser que el tratamiento se base en terapia psicológica o medicamentos, pero también existen casos en donde el tratamiento combinado de las dos intervenciones resulta más efectivo.

Los medicamentos te hacen adicto o dependiente

REALIDAD: Los antidepresivos no generan dependencia o adicción. Aunque son conocidos con el nombre de antidepresivos, la realidad es que son también el tratamiento de elección para los problemas de ansiedad moderados o graves. Son medicamentos ampliamente conocidos que rehabilitan la química cerebral. Han demostrado ser muy seguros y que tienen muy pocos efectos adversos. Tienen dos objetivos principales: aliviar los síntomas de la ansiedad y evitar la reaparición de futuros episodios.

Las terapias psicológicas no sirven de nada

REALIDAD: La psicoterapia es un proceso de comunicación entre un profesional experto (terapeuta) y una persona necesitada de ayuda por problemas de salud mental (paciente) que tiene como objeto producir cambios positivos en el segundo, con el propósito de hacer desaparecer, modificar los síntomas existentes, atenuar o cambiar modos de comportamiento y promover el crecimiento y desarrollo de una personalidad positiva. Es el tratamiento de primera línea en casos donde la ansiedad es leve.

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Fuentes:

Organización Mundial de la Salud

The Lancet

Nature

Mayo Clinic

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