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La EMT ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de la depresión; aunque constituye un campo prometedor en cuanto a sus aplicaciones clínicas.

 

La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica de neuroestimulación y neuromodulación cerebral segura, no invasiva e indolora que se ha postulado como una herramienta terapéutica que facilita la reorganización funcional cerebral y la recuperación clínica de pacientes con diferentes afecciones del sistema nervioso.

La EMT se realiza a través de una bobina electromagnética que se coloca en el cuero cabelludo para lograr activar las regiones del cerebro que han disminuido o al contrario, han exacerbado su actividad neuronal, se estimula eléctricamente la corteza cerebral para activar o inhibir la actividad de aquellas áreas del cerebro responsables de la persistencia de los síntomas.

Se trata de una técnica neurofisiológica que permite la inducción de forma segura y no invasiva que apelando a las propiedades neuroplásticas del sistema nervioso permite modular su funcionamiento para inducir cambios deseables en la actividad cerebral y normalizar alteraciones.

A diferencia de la estimulación del nervio vago o la estimulación cerebral profunda, la EMTr no requiere cirugía o implante de electrodos. A diferencia de la terapia electroconvulsiva (TEC), la EMT no causa convulsiones ni requiere sedación con anestesia. Se trata de un tratamiento no doloroso, el paciente puede volver inmediatamente a sus actividades habituales que no requiere períodos de recuperación.

Por lo general, es bien tolerada, sin embargo se han registrado algunos efectos secundarios como cefalea, incomodidad en la zona de estimulación del cuero cabelludo, sensación de hormigueo, espasmos o movimientos espasmódicos de los músculos faciales y ligero aturdimiento que suelen desaparecer después de la primera sesión.

La EMT (pulsada o repetitiva) es un tratamiento complementario a las intervenciones psicológicas y farmacológicas que potencia el efecto de las intervenciones anteriores. Los campos magnéticos modifican la liberación de diversos neurotransmisores entre los que se encuentran serotonina, dopamina y GABA.

La estimulación magnética es capaz de generar nuevas conexiones neuronales al promover la plasticidad neuronal. Los campos magnéticos pueden modular conexiones cortico-subcorticales.

La EMT no necesita ningún procedimiento específico o preparación anticipada. Esta técnica se debe realizar con la mayor sistematicidad posible y se realiza de manera diaria con una recomendación de 12 a 15 sesiones las cuales poseen una duración aproximada de 30 a 45 minutos. Durante el tratamiento con EMT se otorga tratamiento psicológico para una mayor efectividad.

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