¿Qué es el TDAH?
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una alteración en el neurodesarrollo que se caracteriza por una combinación de problemas persistentes como la dificultad para mantener la atención, hiperactividad y una conducta impulsiva.
Las personas con el TDAH suelen tener problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (podrían actuar sin pensar en el resultado de sus acciones) o pueden ser demasiado activos.
Habitualmente su diagnóstico se realiza en la infancia y persiste a lo largo de la vida, pero dependiendo de los estilos de crianza y las características propias de cada individuo, puede llegar a presentarse en la etapa adulta.
Entendiendo el TDAH
Las primeras manifestaciones del trastorno suelen ocurrir antes de los 12 años de edad.
Se caracteriza por tres síntomas principales: inatención, impulsividad e hiperactividad.
Su origen es multifactorial, es decir, intervienen factores genéticos, neuroquimicos y ambientales.
Se clasifica en tres presentaciones que pueden cambiar a lo largo del tiempo:
Presentación predominantemente inatenta: predominan las fallas atencionales.
Presentación predominantemente hiperactiva/impulsiva.
Presentación combinada: existen características inatentas, hiperactivas e impulsivas de manera simultánea.
Cuando no se reconoce, ni se trata el TDAH en los niños y adolescentes, esto puede dar lugar a que se generen sentimientos de fracaso en todos los ámbitos de su vida (casa, familia, escuela, trabajo, amigos).
La vida de un niño o adolescente con TDAH que no se diagnostica y no recibe tratamiento es muy probable que esté llena de fracasos y de bajo rendimiento académico.
"… un cerebro con TDAH es como un navegador con demasiadas pestañas abiertas".
— Pat Noue, ADHD Collective
Datos sobre el TDAH
Es un trastorno frecuente en la población mundial. Existe una percepción errónea de que es sobre diagnosticado. Su prevalencia mundial en niños y adolescentes es de 5.3%
Entre el 40 al 60% de los individuos con TDAH diagnosticado en la infancia o la adolescencia persistirán con los síntomas en la etapa adulta.
Es más frecuente en hombres (relación 4:1) durante la infancia y la adolescencia. De cada 100 niños en edad escolar, de 3 a 5 presentan TDAH.
Síntomas del TDAH
El TDAH no es sólo la hiperactividad o la inatención de un momento o la incapacidad de hacer las tareas de cada día, sino un deterioro constante en cómo se organiza y dirige su conducta. A continuación se describen los síntomas principales de TDAH.
Síntomas de inatención
A menudo no presta atención suficiente a los detalles o comete errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades de juego.
No sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo.
Tiene dificultades para organizar sus tareas y actividades.
A menudo evita, le disgusta o es renuente a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
Extravía objetos necesarios para tareas o actividades (juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
Es descuidado en las actividades diarias.
Síntomas de hiperactividad e impulsividad:
Mueve en exceso manos y pies o se levanta de su asiento.
Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
Corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo o se siente muy inquieto.
Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
A menudo “esta en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
Habla en exceso.
Precipita respuestas antes de que le terminen de preguntar.
Tiene dificultades para esperar su turno.
Interrumpe o se “mete” en las actividades de otros (se entrometes en conversaciones o juegos)
¿Es posible que un adulto tenga TDAH?
La respuesta rápida es sí. Aunque solo una valoración por parte de un profesional de salud mental podría decirle con certeza si padece TDAH, cuantas más respuestas afirmativas de a los ejemplos a planteados continuación, más probable puede ser que sufra este trastorno:
Tiene la sensación de no estar sincronizado con el reloj, sus horarios o su agenda.
Llega siempre tarde, se siente disperso o no sabe qué hacer con su tiempo.
Tiene dificultades para concentrarse.
Se distrae con facilidad.
Se aburre y se desespera fácilmente.
Siempre aplaza las tareas o pendientes hasta final (Procrastinar).
Se considera impulsivo, toma decisiones de manera precipitada y sin pensar en las consecuencias.
Tiene dificultades para ser organizado con sus pertenencias o para estructurar sus tiempos.
Tiene la sensación de tener que estar siempre ocupado haciendo muchas cosas y con frecuencia no puede terminarlas.
Con frecuencia se siente inquieto.
Tiene dificultades para ir al grano cuando habla.
Interrumpe a los demás cuando están hablando.
Con frecuencia olvida citas, números o pendientes.
Pierde llaves, celulares y accesorios de forma recurrente.
Comete errores en el trabajo o la escuela por no prestar atención a los detalles.
"El TDAH es real y no solo afecta a los niños… dos tercios de los infantes con TDAH persisten con las manifestaciones clínicas cuando crecen.”
"Entre el 2.5 al 5% de los adultos padecen TDAH a nivel mundial."
— CDC
Diagnóstico y tratamiento del TDAH
¿Cómo se hace el diagnóstico del TDAH?
El diagnóstico es completamente clínico y no requiere de métodos paraclínicos invasivos. Se realiza mediante una entrevista clínica en donde el especialista en salud mental (psiquiatra, paidopsiquiatra, psicólogo) indaga sobre antecedentes médicos, psicológicos y ambientales importantes.
Como parte del abordaje diagnóstico es importante recabar algunos estudios de laboratorio y gabinete, así como pruebas psicológicas que son complementarias para el diagnóstico, la evolución y el tratamiento del TDAH. Entre las más utilizadas se encuentran: el psicodiagnóstico, los estudios psicométricos específicos y los test de tamizaje para síntomas depresivos o ansiosos.
Las pruebas neuropsicológicas son importantes para detectar si existe compromiso en algunas funciones cerebrales y para saber si tiene problemas de aprendizaje.
¿Cuál es el tratamiento para el TDAH?
Debido a que son muy diversos y crónicos los problemas conductuales asociados al TDAH, se requiere la implementación de una gran variedad de tratamientos. Como se mencionó anteriormente, es necesaria la intervención de profesionales de distintas disciplinas como: neurólogos, psicólogos y psiquiatras. Cada uno aporta su experiencia para abordar problemas específicos. La integración de todas las áreas se denomina tratamiento multimodal.
Hasta el momento, las intervenciones que han demostrado ser más efectivas son:
Farmacoterapia (medicamentos).
Hábitos de vida saludable: actividad física y buena nutrición.
Psicoeducación.
Modificación conductual.
Terapia cognitivo-conductual.
Orientación a padres.
Controlar el TDAH
Crear rutinas predecibles: programar actividades del día de un modo lógico.
Fijar límites claros y asegurarse de que el niño/adolescente sepa lo que se espera de él; elogiar de inmediato cualquier comportamiento positivo.
Dar instrucciones claras: ya sean visuales o verbales.
Usar un sistema de incentivos: por ejemplo, hacer una tabla de estrellas o puntos con los que el niño puede conseguir privilegios si se porta bien.
En el TDAH existe una disminución del volumen cerebral total que revierte tras el tratamiento farmacológico.
El TDAH se caracteriza por una actividad química cerebral irregular
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Fuentes:
Mayo Clinic
Organización Mundial de la Salud
Nature
Russel A. Barkley